Los consumidores temen perder el control
Los consumidores temen las consecuencias de ceder la control de la IA y permitirle hacer compras en su nombre. Están preocupados, por ejemplo, de que IA pueda tomar decisiones incorrectas o de elevado coste que son complicadas de corregir o deshacer, como comprar más artículos de los deseados. Incluso los consumidores que se sienten cómodos con que, por ejemplo, la IA seleccione automáticamente la marca de café para comprarla, todavía les gustaría estar al cargo de una acción tan trivial como darle al clic de comprar.
En las entrevistas en profundidad, los consumidores expresaron estos miedos y, con frecuencia, mencionaron, estos errores e inexactitudes. "Los asistentes de voz a menudo malinterpretan las órdenes. No tiene una pantalla para que valide que lo he hecho correctamente", explicaba un participante. La seguridad de los datos es otra preocupación. "No sé si me siento cómodo dejando a la IA utilizar y almacenar mi información para facilitar los pagos", afirma otro.
También destaca la desconfianza de las razones que hay detrás de las decisiones que la IA toma. "Tengo la sensación de que el algoritmo sigue unas instrucciones del mejor postor y no hace la compra pensando en mis intereses", apunta otro.
Los niveles de comodidad caen en picado, incluso para las herramientas de IA más conocidas
Incluso los usuarios más entusiastas de la IA desconfían de renunciar al poder de decisión durante la fase de compra. Frente a la fase de búsqueda, los cocientes de comodidad del grupo de los impulsores y de los adaptadores tempranos caen del 50 al 33 y del 58 al 34, respectivamente. En concreto, mientras el 41% del grupo de los impulsores (y el 52% de los adaptadores tempranos) se sienten cómodos utilizando la IA conversacional durante la fase de búsqueda, la comodidad con esta tecnología desciende a solo el 33% y el 46%, respectivamente (ver figura 4). Una dinámica similar ocurre con los asistentes de voz, que cae del 38% del grupo de los impulsores y el 53% de los adaptadores tempranos en la fase de búsqueda al 30% y al 42%, respectivamente en el momento de la compra.
Curiosamente, las tecnologías que añaden verificaciones de seguridad, como el reconocimiento facial, compiten de cerca con otras tecnologías, especialmente entre los reticentes, en la fase de compra. Un consumidor lo llamó "una capa extra de verificación y protección".